El desafío nace casi al mismo tiempo que Moto Experience Tours. Una idea que no por vieja es menos motivadora. Cruzar la península de Este a Oeste, resiguiendo los Pirineos desde el Mar Mediterráneo hasta el Cantábrico y en una misma jornada. 

Hicimos el trazado y escogimos el día. El más largo del año, el 21 de junio en pleno equinoccio de verano.

Lo publicamos en las redes sociales y realmente tuvo un éxito abrumador, no tanto en el número de inscritos, que eso costó en llegar, sino en el interés generado.

Primeras inscripciones de puntos bien distintos de la geografía. A medida que se acercaba la fecha del evento, crecíamos en inscritos, y en interés.

Empezaron a llegar noticias de la lejana China y un nuevo virus. Sin darnos cuenta acabamos en medio del ojo del huracán. 

Todo se paró, todos nos paramos. Nuestro pequeño desafío también se paró. Evidentemente, había cosas mucho más importantes que resolver.

 Poco a poco fuimos devolviendo la mayoría de las reservas a gente que tenía miedo o que no sabían si podrían continuar trabajando. Algo completamente normal en una situación como esta.

Finalmente, ya vimos que no se podría celebrar en la fecha prevista, y la cambiamos. Ese cambio, acabó de matar a nuestro primer desafío, los pocos participantes que quedaban se acabaron dando de baja.  Así se gestó el segundo intento de nuestro primer desafío.

Después del confinamiento, había ganas de salir, de comprar, de vivir. Se veía en la calle, en las tiendas y lo vimos y vivimos en la web y la venta de viajes.

Conseguimos hacer de nuevo un buen grupo, un grupo heterogéneo de gente con ganas de rodar y de divertirse, poniéndose a prueba en una ruta de casi 800 km en un día por carreteras secundarias.

Desde aquí agradecerles lo fácil y agradable que ha sido trabajar con y para ell@s.

 

Al punto de encuentro en Roses fueron llegando los participantes. De Barcelona la mayoría con un par de excepciones, una pareja de Extremadura y tres amigos riojanos.

Por la tarde algún baño en la playa, paseos y finalmente acabamos en el Hotel donde vamos coincidiendo en la terraza a pie del paseo marítimo. El círculo alrededor de una mesa cada vez es más grande.

En esta sala improvisada de briefing se generó un buen debate sobre como llegar a final de etapa.

 

La idea era que teníamos que llegar todos a tiempo para cenar a la costa cantábrica de Orio. Había un punto crítico en la ruta. Una vez llegado a él en Puente la Reina, podíamos hacer una ruta de unas dos horas u otra más larga y revirada. La primera era por vías rápidas y la segunda por las fantásticas carreteras navarras. Valle de Hecho, selva de Irati… el paraíso vaya. 

Sinceramente, como organizador pensaba que no habría tiempo de hacer la ruta larga y llegar todos a tiempo para cenar a Orio. Con lo que no conté es con el poder de persuasión que tiene mi amigo Javier. Si hubiéramos sido gladiadores, habríamos saltado a la arena a comernos a los leones.

El día empezó realmente temprano, a las 5,15 de la mañana ya teníamos el bufé del hotel preparado y a las 6 de la mañana ya estábamos todos en nuestras motos.

Salida muy relajada por carreteras desiertas, con una temperatura fresca pero agradable.

A ritmos legales y de grupo fuimos todos juntos, por nacionales y autovías hasta Olot. Esas serían todas las vías rápidas que haríamos durante el día.
A partir de aquí el grupo se fue haciendo menos compacto y poco a poco se irían formando grupos más pequeños.

Algunos paraban a fumar, otros a repostar y como no a comer o beber alguna cosa.

 

 

Así nos encontrábamos por el camino. Cada uno con su ritmo y necesidades.

La mayoría siguieron el Track que diseñamos, bastante fielmente en todo tipo de dispositivos. GPS, teléfonos y en la hoja de papel de toda la vida.

Resiguiendo los Pirineos pasamos por un sin fin de puertos y reviradas carreteras. Collada de Tosses, Cantó, Perves, Anzánigo con su pantano y sus carreteras rompe suspensiones y llegamos a Puente la Reina con un calor de mil demonios. No era ni la una del mediodía y estábamos casi todos por allí. Muchos hasta comimos un menú con más o menos prisas.

La charla de motivación del día anterior parece que surtió efecto. Y eso quería decir que íbamos a hacer la segunda parte por el tramo largo, disfrutando del intenso verde de Navarra, con temperaturas muy agradables, ayudando a llevar mejor los kilómetros acumulados.

Disfrute absoluto en el último tramo de la ruta llegando a Orio a la hora justa de la cerveza.

A pesar de las medidas de seguridad por el Covid, pudimos hacer una cena en grupo en un comedor reservado, donde acabamos repartiendo diplomas que acreditan que estos moter@s, lo son y están hechos de una muy buena pasta.

¡En hora buena!

Ya por la mañana tras el desayuno unos pusieron rumbo de vuelta a casa rápidamente, otros siguieron de vacaciones unos días más y algunos nos entretuvimos un poco más en el Spa del hotel.

https://youtu.be/h9xcL2Cc8cA

https://youtu.be/h9xcL2Cc8cA

Para el 2021 más y mejor.

¡¡Gracias a tod@s!!

 

4 comentarios de “Desafío 2020

  1. Alba Moya dice:

    Gracias a ti Julio por haber hecho posible el Desafío. Con las piedras del camino, construyes más alto tu castillo. Enhorabuena!!

Responder a admin Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *