Después de 10 años de haber estado en Cabo Norte en solitario, decidí, que había llegado el momento de montar este viaje con un pequeño grupo de clientes, casi todos ellos conocidos de anteriores tours.

Muchos días, muchos kilómetros y mucho trabajo.
El trabajo es trabajo, los kilómetros en moto más o menos divertidos, suelen ser kilómetros de felicidad, pero lo que más me preocupaba a priori eran los 21 días de convivencia. Rodar, desayunar, comer y cenar. Eso serían muchas horas juntos.
Por eso, el grupo no podía ser de más de cinco motos. Finalmente fue de cuatro. 

Ha servido este viaje, tanto para refrescar la memoria y revivir unos lugares fantásticos, como para observar donde rectificar y mejorar en las siguientes ediciones.
El punto de encuentro, lo situamos en Hamburgo. Teniendo la posibilidad de llevar la moto en transporte hasta el punto de encuentro o llegar rodando con la propia moto. Dos componentes llegarían desde España en sus motos y otros dos enviaríamos las motos en camión.

Por lo que dos de las motos, llegaron al almacén cerca del aeropuerto de Hamburgo y las otras dos, directas a la puerta de nuestro Hotel de concentración.
Abrazos, presentaciones y visita por la ciudad.


En el primer día de ruta, ya teníamos un ferry, que nos dejaría en tierras danesas, con destino a la capital y a nuestro alojamiento.

Y como no podía ser de otra manera, paseo por la ciudad y visita a la Sirenita.

Nuevo cambio de país, a pocos kilómetros de empezar la jornada. A pesar de que las carreteras son muy rectas por estas latitudes, en esta ocasión la recta cruza el Mar Báltico, por el impresionante túnel- puente de Øresund, más conocido como el de Malmo.

Realmente es una sensación única conducir por esta gran infraestructura, al principio por debajo del mar y durante muchos kilómetros con el mar por debajo de nosotros.
Aunque al final hay que tocar con los pies en el suelo y rascarse bien el bolsillo.

Así nos daban la bienvenida a Suecia.
Dormimos a orillas del lago Vättern. 

Empezamos otro día y el destino vuelve a ser la capital.
Nos fuimos haciendo a los horarios y empezamos a comer cualquier cosa a cualquier hora.

Siguiendo la costa báltica hasta Estocolmo.

Espectaculares vistas y grandes pateadas por la gran ciudad.

Suecia es un país grande y alargado. Por lo que circulamos un par de jornadas por sus monótonas carreteras aderezadas con miles de abetos y cables de acero a modo de separador de carriles. Visto desde una moto acojona bastante.

Llegamos a la Laponia finlandesa,

Y al Círculo Polar Ártico

Los días se habían estirado cada vez más, a partir de aquí ya no iba a oscurecer en unos cuantos días.

Es una sensación difícil de explicar con palabras.
¡Hay que vivirla!

Desde la terraza de nuestro hotel vemos perfectamente, como el sol, baja hasta el horizonte y sin llegar a esconderse vuelve a ascender de nuevo.

 Otro día más de ruta por Finlandia y por fin entramos en Noruega

Poco a poco vamos dejando los lagos y las grandes rectas detrás de nosotros.
Cambiamos estos monótonos paisajes por la tundra y los primeros fiordos
También empezamos a encontrarnos con los largos túneles, que cruzan montañas o islas por debajo del mar, nuestro primer túnel en el camino de siete kilómetros de longitud nos situó en la isla de Honningsvag, donde teníamos alojamiento por dos noches.
Tocaba hacer un cambio de chip y prepararnos para todo el espectáculo que se nos avecinaba.

Por la primera carretera de curvas que encontramos en muchos días, subimos a la famosa bola de Cabo Norte. Eran sobre la una de la madrugada y el sol de cara justo en nuestra línea de visión nos hizo una ascensión complicada. 

Volveríamos de nuevo al día siguiente, haciendo una excursión por la zona de pocos kilómetros, pero por los sitios menos visitados de la isla.

Proseguimos viaje bajando hacia el sur entre fiordos y paisajes realmente espectaculares.

Hasta llegar al punto donde faltan palabras con que describir tan exuberante belleza.

Las Islas Lofotten

Vayas donde vayas, mires donde mires, no tienen desperdicio.
El último pueblo del archipiélago conectado por puentes y túneles se llama Â.

Aquí cogeríamos una cabaña para pasar la noche, hacer la colada y hasta una tortilla de patatas.

Muy cerca embarcaríamos en el ferry hacia el continente.

De estos pequeños ferrys, se acaban cogiendo unos cuantos al viajar por Noruega.
Unos de 10 o 15 minutos y otros los menos y más grandes de 5 o 6 horas.

Volveremos a cruzar el Círculo Polar Ártico, esta vez en dirección Sur. Poco a poco los interminables días de sol se van a ir acortando.

Seguimos descendiendo de Norte a Sur entre miles de saltos de agua, impresionantes lagos y montañas.
Un par de jornadas hasta Kristiansund, donde llegaríamos con la ayuda de algún ferry y un largo túnel para acceder a la isla.

Este punto es, ni más ni menos, que el punto de partida de la conocida Atlantic Road 64.

Otra muestra más del gusto vikingo por los puentes que desafían la gravedad.

Un día disfrutando como niños en un parque de atracciones.

Acabado el alucinante tramo de puentes imposibles entre islas, nos esperaba otra maravilla de la naturaleza noruega. La Trollstiguen.

Con su revirada carretera entre saltos de agua y el gran fiordo del Geiranger debajo de nosotros, es simplemente brutal.

A pesar del calor, todavía quedan lagos helados en las cimas.

Otro par de días más de bajada hasta la parte más sureña del país, Kristiansand

Encontrando unas cuantas joyas por el camino.

Este país no deja indiferente.

 Y sorprende al viajero hasta el último kilómetro.

Llegados a Kristiansand, toca coger un ferry de los grandes, que en unas 3 horas, nos plantaría en Dinamarca.

Un par de noches más nos separan del punto de encuentro del que salimos 21 días antes.

En esta ocasión, enviamos las cuatro motos de vuelta en el mismo camión. Pero antes, les daríamos un baño a nuestras fieles compañeras. 

Y así enjauladas y bien atadas las dejamos a la espera de una vuelta tranquila.

Gracias a este grupazo, por mantener el listón muy arriba y estar en todo momento a la altura de la circunstancias.

 

Un comentario de “NordKapp 2023

  1. Jose Marquez dice:

    De los mejores viajes de mi vida!!!
    Un viaje obligatorio e inolvidable, por suerte con un grupo inmejorable , por su calidad personal y por lo bien organizado
    No descarto repetir!!!! Gracias equipo!!!!

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